La Lavadora

        Fue uno de los primeros inventos del siglo pasado y revolucionó el quehacer doméstico.

     La primera patente conocida de una “lavadora” data de 1691 en Inglaterra, y a partir de ese momento esta idea fue renovándose y mejorándose hasta que la primera lavadora eléctrica apareció en 1901 gracias a Alva Fisher, quien con un motor hizo girar un tambor, aunque no patentó su invento hasta 1904, ya que el uso de la lavadora se popularizó cuando la electricidad se convirtió en un servicio de uso común. En 1910, ya se estaban anunciando lavadoras eléctricas en los Estados Unidos, y las ventas norteamericanas habían alcanzado las 913.000 unidades en 1928.

En 1940, el 60% de los 25.000.000 hogares con acceso a la luz eléctrica en los Estados Unidos tenía una lavadora eléctrica. Sin embargo, debido en parte a la Gran Depresión, no sería hasta finales de la década de 1940 o principios de la década de 1950 cuando se convierte en un artículo de masas.

        En la Europa desarrollada, la extensión de la lavadora se produce, principalmente, después de la Segunda Guerra Mundial y ya a principios de la década de 1960 se convierte en un aparato cotidiano. Con ella, muchas importantes firmas industriales europeas comienzan a fabricar grandes cantidades de lavadoras; otras, incluso convierten a las lavadoras en su principal fuente de prestigio e ingresos (Kelvinator, Zanussi).