La pluma moderna, práctica, desechable y barata, fue inventada en 1940 por los hermanos húngaros, Ladislao Josef Biro y Georg Biro, ante la necesidad de crear un bolígrafo eficiente, ya que, hasta entonces, existían las plumas estilográficas que aparecieron en el siglo XIX, cuya tinta tendía a espesarse.
Josef , molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma cuando esta se le atascaba Ladislao Biro y su hermano Georg, lograron crear una tinta muy útil para la escritura a mano, pero que tenía el inconveniente de que no podía utilizarse con la pluma. Pero Ladislao ideó como resolver este último inconveniente observando a unos niños mientras jugaban en la calle con bolitas que al atravesar un charco salían trazando una línea de agua en el suelo seco: se dio cuenta de que en vez de utilizar una pluma metálica en la punta, debía utilizar una bolita. en mayo de 1940, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, los dos hermanos emigraron a Argentina junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo En ese mismo año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto perfeccionó su invento, realizando el 10 de junio de 1943 una nueva patente en Buenos Aires. Lanzaron el nuevo producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para niños.
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